De entre la gran variedad de dichos y refranes populares, he confirmado la veracidad de dos de ellos. Malas experiencias, sinsabores... en fin. 1. El que busca, encuentra. Por eso, mejor, ya no pregunto. ¿Qué necesidad tengo de herirme yo solo? Detalles que no ayudan, situciones preferibles de ignorar. Sea lo que sea, ya pasó. Importaría más si hubiese prevención; lo que ocurre es reacción. Ya para qué. La realidad es que, por más que trate de hacerme el ignorante, el enojo, la decepción, la tristeza y los celos se apoderan de mi. El corazón juega malas pasadas. Y la razón vale madres. 2. Ojos que no ven, corazón que no siente. Una manera muy sutil de decir que te haces menso, porque estás bien consciente de la realidad, pero simplemente perefieres fingir que no pasa nada. Total, si no lo ves, duele menos. Desgraciadamente ya existe la variante cibernética de esto: ojos que no ven, facebook que te lo cuenta. Acabas por enterarte no sólo de lo que pasa, sino que, aparte de todo, puede