Yo notaba felicidad desbordante. Algo un poco inusual, pero hasta cierto punto comprensible. La tomaste como una fiesta de despedida. Invitados también inusuales. Creo que resultó la mejor audiencia que pude haber tenido, ya que gracias a ellos no hubo distractores importantes... te centraste en mi. TU - ¿Dónde están? YO - Ya llegamos, estamos a un lado de la entrada. ¿Y tú? ¡Ah, ya te vi! Aquí te vemos. Comienza a llegar la gente. Excelente anfitrión: atiendes a todos, ordenas a los meseros, te preocupas porque todos estemos bien. YO - Deberías ser PR. Estás como pez en el agua, este es tu ambiente. Organizar eventos es lo tuyo, conoces a mucha gente, tienes contactos y te gusta. Sonríes, asientes con la cabeza y me clavas una mirada donde se sobreentiende lo atinado de mi comentario. TU - Ya me lo han dicho. Lo he pensado también. Transcurre la velada. Las demostraciones de entusiasmo me aceleran el pulso. Golpeas mi costado con tu codo para seguir el juego de la coreografía al ritmo...
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